jueves, 6 de marzo de 2014

13.-

John terminó de ponerse sus supras y salió de casa poniéndose un suéter aún cuando se quejaba de su dolorido brazo. Llamó a un taxi pasándose una mano por la nuca, levantando la mirada y observando el cielo. Probablemente lloviera. Cuando el coche llegó a los minutos de haber colgado, se subió.
  - Al hospital -dijo señalando con la cabeza hacia el frente, abrochándose el cinturón.
  El conductor asintió y arrancó, rumbo a donde John le había dicho. 
  Iría a ver a Rachel de nuevo. Aunque se podía haber quedado anoche, pero ella no quiso. Que tozuda era.   
  Se bajó delante de las puertas y pagó al taxista, entrando y acercándose a recepción. 
  - ¿Qué desea? -levantó la mirada la mujer que había allí sentada.
  - ¿Cómo se encuentra la señorita Evans? -preguntó, apoyándose en la barra con desdén. 
  La mujer echó un vistazo a su ordenador y esbozó una sonrisa.
  - Está mejor -dijo-, ¿quiere pasar a verla?
  - Claro, ¿podría ahora? -John también sonrió. 
  - Humm.. creo que hay alguien dentro, déjeme ir a ver -respondió y se levantó.
  Asintió. 

  Vio salir a Carrie y a Sam de la habitación de Rachel y se acercó con las manos metidas en los bolsillos.
  - ¿Cómo está? -preguntó el rubio.
  La pelirroja y su pareja lo miraron.
  - Bien -dijo ella y sonrió-, mejor. 
  John suspiró aliviado. ¿Qué hubiera hecho si hubiera sido algo peor? No se lo perdonaría. 
  - Fue culpa mía.. -se pasó la mano buena por la cara y Carrie se la agarró. 
  - No digas eso, a cualquiera puede pasarle -le animó y volvió a sonreír-, da gracias a que está bien y no peor.
  Asintió y cerró los ojos por un momento. 
  La mujer salió de la habitación y se acercó a él.
  - Ya puede pasar a verla, tiene ganas de verle -dijo y John no puedo evitar esquivar a todos los que allí estaban e ir a la habitación.
  Les escuchó reír a los tres. 
  Dio dos toques en la puerta.
  - Sé que eres tú, John -la oyó y sonrió. Bajó el manillar y cerró tras haber entrado- ¿Cómo has estado?
  - Bien -mintió. Había estado preocupado- ¿y tú? -caminó hacia ella y se sentó en la silla que había al lado de la camilla. 
  - Igual -dijo, apoyando la cabeza en la almohada ladeadamente y mirándole- ¿No has ido a trabajar? 
  - Me he cogido el día libre -respondió y sonrió de medio lado.
  Rachel también sonrió.
  - Estás diferente -objetó-, se me hace raro verte con vaqueros.
  John rió. 
  - ¿Y.. eso es bueno? -dijo.
  - No te quedan mal -le halagó y movió la mano hacia él, el ojiazul se la cogió dejándole un beso en el dorso. Rachel no pudo evitar sonrojarse.
  - ¿Hoy sí puedo quedarme, verdad? -preguntó.
  - Sólo hasta las siete.
  - Racheeeeeel.. 
  - Ya te dije ayer, John. No quiero que te quedes. 
  - ¿Pero por qué? ¿Hay alguna razón que deba saber?
  - No me gusta que se preocupen por mí -dijo ella, acariciándole los dedos. 
  - Pero, pero..
  - De peros nada.
  John rió. 
  - Está bien, pero si necesitas algo ya sabes -respondió acercando la silla a la camilla. 
  - Gracias -contestó, cerrando los ojos.
  - De nada, rubita -le dijo en tono cariñoso y ella abrió los ojos de golpe, mirándole.
  - ¿Cómo me has llamado? -levantó una de sus cejas, él rió.
  - Rubita -respondió, sacándole la lengua.
  - Aquí el rubio eres tú -le dio en el pecho con el dedo y también rió.
  - Pero tú tienes mechas, y cuando te recoges el pelo pareces rubia -se defendió entre risas.
  - Pero soy más morena que rubia -se quejó y volvió a reír, acomodándose de nuevo en la camilla.
  - Cierto, pero sigues siendo rubia.
  Rachel negó con la cabeza y sonrió. 

lunes, 3 de marzo de 2014

12.-

Ambos sonrieron al entrar y John le indicó a Rachel donde debía de sentarse. Rachel fue hasta su silla y cruzó las piernas, observando lo que hacía su jefe. Este saludó a varias de las personas que permanecían allí y veía como la señalaba, ella simplemente sonreía. Rato más tarde, John vino a sentarse a su lado y colocó el codo izquierdo en el apoya brazo, apoyando así su barbilla en la mano. A Rachel aquello le parecía adorable.
  La reunión comenzó y la morena se moría de aburrimiento (hasta bostezó algunas veces, tapándose la boca). Solamente atendía cuando hablaba John y mucho era. No apartaba la vista de él por mucho que hablaran los demás.

  Al terminar, el rubio estrechó la mano de algunos y cogió a Rachel de la mano para salir de allí, esta se sonrojó. Le abrió la puerta del coche y entró sentándose. Se puso el cinturón y esperó a que él subiera, cosa que hizo minutos más tarde. La imitó y encendió la radio arrancando, pulsando el acelerador y saliendo del aparcamiento.
  - Gracias por venir -agradeció John sin mirarla.
  - No me des las gracias por tal cosa -dirigió su mirada hacia él y sonrió.
  - Lo decía porque vi que te aburrías, pensaba que ibas a salirte..
  - ¿Para aburrirme más por fuera? Ni de broma.
  John rió.
  - Bueno, pero igual gracias.
  - ¡Que no me des las graaaacias! -se quejó ella y John volvió a reír.
  Hubo un momento, en el que el ojiazul desvío la vista de la carretera y Rachel gritó. Pero no era un grito de susto, más bien parecido a uno de los que das en el cine a oscuras, cuando estás viendo una película de miedo, parecido a ese. Maniobró todo lo rápido que pudo pero era demasiado tarde: lo único que veía Rachel era oscuridad entre partículas de polvo disueltas en el aire.
  - ¡No! -gritó, lanzándose hacia ella y abrazándola con todas sus fuerzas, cerrando los ojos.
  - John.. me haces daño.. -se quejó ella con su labio inferior sangrando, un ojo entrecerrado y una de las piernas enredada con los cables, apretada contra la puerta del coche.
  Él en cambio sólo tenía dos rasguños de nada y le dolía el brazo, pero que más le importaba su vida si la de la ella no estaba a salvo. La soltó un poco y Rachel soltó un suspiro, apoyando la cabeza en el respaldo del asiento tras un gemido de dolor. Aún abrazándola, oyó a lo lejos la sirena de una ambulancia y los bomberos. No quería soltarla. No quería que se la llevaran de su lado. ¡No!
  - Todo saldrá bien.. -susurró hacia ella, quejándose de su brazo al moverlo.
  Dirigió su mirada hacia él y sonrió de la manera que mejor podía.
  - No te preocupes por mí -dijo.
  Era imposible no hacerlo.

  La ambulancia llegó al momento y con ayuda de los bomberos, les ayudaron a salir del coche. Acostaron a Rachel en una camilla y John les seguía con la mirada. Le tomaron la tensión allí delante y la metieron en la ambulancia junto con el resto de los médicos. Le empujaron hasta allí y se sentó a su lado, observándola. Ella permanecía con los ojos cerrados y tenía los puños ligeramente cerrados. Alargó su mano buena hasta la suya más cercana y la acarició. Rachel le apretó los dedos y los entrelazó con los suyos.
  - Shh.. -le dijo ella, sin moverse.
  John se quejó cuando intentaron vendarle el brazo y les esquivó.
  - Señor, tenemos que hacerlo. -habló una de las enfermeras, la que tenía las tijeras de cortar la cinta concretamente.
  - No me hace falta -dijo el rubio.
  Las mujeres asintieron y se sentaron en su sitio antes de que la ambulancia se detuviera en un semáforo. Devolvió la mirada hacia Rachel y se agachó para darle un beso en la mejilla, volvió a sonreír de la misma manera que en el coche.
  - ¿Te duele mucho? -le preguntó ella.
  - Un poco, pero no importa -contestó, pasándole la mano delicadamente por el pelo-. ¿Y a ti?
  - Lo que más es la pierna -susurró, lamiéndose la sangre del labio.
  - Te pondrás bien -afirmó él.
  - Supongo -dijo y abrió lentamente los ojos, mirándole- ¿vendrás a verme?
  - Claro que sí -respondió y depositó un beso en su frente- todos los días.

sábado, 1 de marzo de 2014

11.-

Rachel recogió sus cosas en su habitación y salió de la abogacía yendo hasta el coche de John, quién se estaba despidiendo de las personas que estaban tras las mesas. Vino hasta ella y le abrió la puerta del coche, dejando que entrara para a continuación ir por su lado y subirse.
  Se pusieron el cinturón y John encendió la radio. Arrancó y salió del aparcamiento cambiando de marcha. Rachel observaba todo lo que él hacía. Sonrió cuando empezó a sonar "Last night" de The Vamps y empezó a cantarla a base de susurros. Miró por la ventana mientras movía la cabeza al ritmo de la canción. Volvió a sonreír cuando oyó que el rubio la llamaba. Se giró hacia él.
  - Dime -dijo cuando le hubo mirado.
  - Me lo pasé muy bien anoche -respondió mirando hacia el frente, sin apartar la vista del camino y alargó-, espero que alguna vez lo repitamos.
  Rachel asintió y soltó un largo suspiro.
  - Claro, no estaría mal.
  Estaba claro que lo iban a repetir.
  Se pasaron un rato más en silencio. Pero aquel silencio no era para nada incómodo. Es más, a ellos les gustaba. Alguna vez la morena le miraba y John sonreía, como si supiera que ella lo estaba mirando. Él se detuvo en un semáforo y se apoyó en el respaldo del asiento en modo de relajación. Rachel le imitó.

  Ojalá ese instante fuera eterno. 
  
  Justo sus miradas se habían cruzado cuando el semáforo había decidido ponerse en verde.
  John se echó levemente hacia delante y pisando el acelerador, salió de allí.

  Aún quedaba mucho camino y Rachel no sabía si decir alguna que otra palabra. La verdad es que no se le daba bien sacar tema de conversación.
  - ¿Todo bien? -preguntó el joven.
  La chica asintió y bufó.
  John rió.
  - ¿Segura?
  - Que sí.
  La miró y sonrió.
  - Mira hacia delante -le dijo sin mirarle-, no quiero despertarme en un hospital.
  - Ni mucho menos, señorita -contestó en tono de voz de queda y devolvió la vista hacia el frente, cambiando de marcha.
  Rachel rió y negó con la cabeza.
  - Idiota -susurró.
  - ¿Disculpa? -John se hizo el ofendido.
  - Nada -dijo en tono divertido.
  - ¿Con qué te gusta jugar, eh?
  - Mucho -rió ella.
  - Ya veo -negó el rubio en una risilla.
  Rachel le miró y sonrió.
  - Y tú eres un aburrido.
  - ¿Perdonaaa? -dijo y se echó a reír.
  - Siempre estás serio -reconoció la morena haciendo muecas.
  - Bueno, entiende que en mi puesto no puedo estar riéndome -afirmó y se encogió de hombros agarrando el volante con las dos manos.
  - Pues que muermo -Rachel cruzó las piernas.
  John rió.
  - Puede.

  El móvil de la chica sonó y esta lo cogió con entusiasmo al ver que se trataba de su mejor amiga.
  - ¡Carrie! -dijo cuando se lo hubo colocado en la oreja.
  - ¡Rachel! -respondió la otra en forma de saludo-. Siento el haberte llamado, debes de estar trabajando..
  - Pues justo ibamos para una reunión -se pasó la mano por el pelo y miró por la ventana.
  - Uhh.. ¿a dónde? -quiso saber, curiosa.
  - Ni idea, se que es lejos pero de resto.. -dijo riendo- ¿para que llamabas?
  - ¿Tienes planes esta tarde?
  - Uhmm.. pues trabajo de tarde.. así que sí -contestó fastidiada.
  - Que mal -se quejó la pelirroja- ¿pero tienes que ir obligado?
  - Le pregunto a John y te digo por Whatsapp.
  - Vaaleee, dale saludos de mi parte.
  Rachel rió y colgó.
  - Está loca -dijo para si misma.
  - ¿Qué querías preguntarme? -preguntó John. Aunque ya lo supiera. 
  - ¿Puedes darme la tarde libre? -lo miró.
  - Mmm.. -entrecerró un ojo haciéndose el pensativo.
  - Por favor.. y mañana prometo quedarme más -propuso la morena.
  - Está bien.. -la miró justo cuando aparcaba y sonrió.
  - ¡Graaacias! -respondió con una sonrisa y se acercó dándole un beso en la mejilla.
  John rió, sonrojándose.
  Podía pasarse la vida oyéndole reír. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

10.-

Le hubiera gustado despedirse de John como se era debido, pero la vergüenza la ganó.
  Caminó sola hasta las escaleritas de su casa y se giró. Él seguía ahí y la estaba mirando. Rachel sintió ganas de ir corriendo hacia él.
  Para cuando se le ocurrió decir algo, John arrancó y era imposible que la oyera. Un largo suspiro se escapó de sus labios y entró en casa arrastrando los pies. Se apoyó en la puerta y con los ojos cerrados, cantó en voz baja:
  - Look for the girl with the broken smile, ask her if she wants to stay awhile and She Will Be Loved.. and she will be loved.. 
  Resbaló y se acabó sentando en el suelo, deshaciéndose de los tacones aún con los ojos cerrados.
  Y le imaginó.
  Le imaginó aún en el coche, esperando a que ella saliera a despedirse y sino apoyado en la puerta por fuera, apunto de tocar el timbre. Pero ninguno de esos pensamientos se hizo realidad. Había silencio en toda la sala y solamente se escuchaba su respiración.
  Ojalá se hubiera despedido. 

  Se levantó del suelo y caminó hacia su habitación con los zapatos en la mano. Los tiró por donde le pareció y se sentó en la cama. Tumbándose hacia detrás, se pasó la mano por la cara y se quitó el vestido, metiéndose entre las sábanas. Miró el reloj.
  02:30.
  Luego de haber vuelto a la barra, se había encontrado con Carrie. Esta le presentó a Sam, un moreno de esos de portadas de revistas. Tenía el brazo derecho completamente tatuado (la oscuridad no le dejaba distinguir entre que era cada cosa). En el pecho también parecía tener algún tatuaje. Era bastante atractivo.
  John no se había separado ni un minuto de ella. Incluso la había esperado por fuera del baño cuando ella fue. En vez de ser su jefe podría haber sido su guardaespaldas. Pero los guardaespaldas no bailarían tan bien como él. Ni susurrarían al oído mejor que él. Probablemente ni siquiera la protegerían tan bien como lo había hecho él.

  Se dejó dormir recordando el día de hoy. Mañana no iba a saber como mirarle si quiera a la cara.



  Abrazándose a unas de las almohadas abrió los ojos, justo cuando el sol le estaba empezando a dar en las narices. Se arropó hasta más arriba de su cabello castaño y volvió a dejarse dormir.
  A las ocho sonó su despertador.
  Arrastrando las mantas que tenía abrazadas hasta el baño, se lavó la cara y bostezó por enésima vez. Quería seguir durmiendo hasta después de comer. Pero le era imposible. Se vistió lo más rápido que pudo y salió de su casa poniéndose el mismo brillo de labios que se había puesto ayer por la noche: aunque no le aguantó mucho. Estaba bueno.

  Por primera vez en su nuevo trabajo, llegó temprano y se metió en su habitación soltando sus cosas sobre la mesa. Al momento, tocaron la puerta. Rachel miró hacia esta.
  - Adelante -dijo y se sentó.
  Una chica de su misma altura entró y la miró.
  - John la necesita en su despacho.
  Y sintió como si el corazón se le saliera del pecho al escuchar su nombre.
  Rachel asintió y se levantó, pasando por su lado y saliendo de su 'despacho'. Se paró delante de la puerta en la que ponía "ABOGADO" con letras mayúsculas cursivas y negritas y tocó la puerta. No quería que la sorprendieran como la última vez que había entrado ahí.
  Silencio.
  Volvió a tocar y tampoco respondieron.
  Abrió ella y el rubio levantó la cabeza.
  - Rachel -dijo cuando la vio.
  - John -contestó en forma de saludo.
  - Tenemos una reunión en una hora -habló y continuó-, me gustaría que me acompañaras.
  ¿Tenemos? ¿Acompañar? Le miró confusa y asintió.
  - Los de la empresa y yo, quiero decir -aclaró.
  Rachel volvió a asentir sin despegar la mirada de él.
  - Claro, iré -respondió. Vio como John sonreía.
  - Es lejos de aquí, así que iremos en coche.
  - Sin problema -habló ella.
  Volvería a estar a solas con él. 
  Y eso a Rachel le gustaba.

lunes, 24 de febrero de 2014

9.-

John le abrió la puerta del coche al llegar. Aquel sitio estaba lleno a reventar de gente. De nuevo Rachel sintió ganas de vomitar.
  El rubio la agarró de la mano.
  - No te sueltes -le susurró apretándosela levemente.
  Rachel, perdida entre sus pensamientos, simplemente asintió: aturdida, mareada.
  Entraron juntos entre empujones al local, John no la soltaba por nada del mundo. Se acercaron hasta la barra y cada uno pidió algo.
  - ¿Solo eso? -preguntó cuando escuchó que ella pedía un refresco.
  La morena asintió y se aclaró la garganta.

  Cada vez entraban más y más personas.
¿De cuanto era el aforo?, se preguntó mentalmente la chica.
  A John parecía no importarle: daba sorbos a su bebida mirando a su al rededor. De pronto, la música empezó a sonar y una voz habló por megafonía.
  - ¡Buenas noches! -dijeron-, bienvenidos. Esta noche disfrutaréis hasta la madrugada, ¿no es así? -se escucharon algunos gritos de fondo y continuaron- empezaremos por poner algo movidito para alegrar un poco la estancia. ¡Que empiece la fiesta!
  Empezó a sonar "Animals" de Martin Garrix por los altavoces.
  John y Rachel se miraron.
  - No pienso salir a bailar -dijo la chica.
  SonrisaDeAnuncio se echó a reír y negó con la cabeza.
  - Ahora no.
  - Ni después.
  - Por favor, Rachel.
  - Que no. -se quejó.
  - ¿Ni cuando suene una lenta? -preguntó John.
  Rachel se hizo la pensativa y se rascó la barbilla.
  A John aquello le pareció adorable.
  - No. -contestó.
  - Ya verás como sí. -hablo con seguridad el rubio.

  Se pasaron un rato sin hablar. Los dos estaban sentados en sus respectivas banquetas. Hasta que..
  - Vaya, veo muchas caras de felicidad desde aquí. -Rachel no pudo evitar reír irónicamente por lo bajo- ¿que os parece si probamos con algo lento?
Por qué. 
   "She Will Be Loved" de Maroon 5.
  Se hizo el silencio en la sala. Rachel se imaginó lo peor.
  John se bajó de su taburete y se inclinó tendiéndole la mano.
  - No pienso bailar, John -contestó ella sin moverse.
  - Sólo un poco, por favor -susurró él.
  Suspiró y aceptó. Agarró su mano y John la arrastró de manera elegante hacia la pista mientras sonaban los primeros acordes.

                                                                                                                Beauty queen of only eighteen,
she had some trouble with herself
He was always there to help her
She always belonged to someone else

  Colocó sus brazos al rededor de su cuello y le miró. Había algo en sus ojos que la hacía trasladarse a otro lado sin despegar los pies del suelo. Y aquello le gustaba. Él la agarró de la cintura y la atrajo hacia sí sin despejar la mirada de ella. Y que bonita era.


I drove for miles and miles
And wound up at your door
I've had you so many times but somehow
I want more

  Se movían al ritmo de la canción mientras Rachel daba leves caricias en su nuca con la yema de los dedos y notaba como John se estremecía viéndole sonreír. 


I don't mind spending everyday 
Out on your corner in the pouring rain 
Look for the girl with the broken smile 
Ask her if she wants to stay awhile 
And she will be loved 
She will be loved 


 Varias personas se le unían a aquella danza de dos, esas que no son de tú y yo. 

  - Tap on my window knock on my door, 
I want to make you feel beautiful, 
I know I tend to get insecure, 
It doesn't matter anymore.. -susurró el ojiazul en su oído. 

  Rachel ya no sabía ni quién era ella misma. 


It's not always rainbows and butterflies 
It's compromise that moves us along 
My heart is full and my door's always open 
You can come anytime you want 



I don't mind spending everyday 
Out on your corner in the pouring rain 
Look for the girl with the broken smile 
Ask her if she wants to stay awhile 
And she will be loved 
She will be loved 



I know where you hide 
Alone in your car 
Know all of the things that make you who you are 
I know that goodbye means nothing at all 
Comes back and begs me to catch her every time she falls 



Tap on my window knock on my door 
I want to make you feel beautiful 



I don't mind spending everyday 
Out on your corner in the pouring rain 
Look for the girl with the broken smile 
Ask her if she wants to stay awhile 
And she will be loved 
And she will be loved 
And she will be loved 
And she will be loved 



Please don't try so hard to say goodbye 
Please don't try so hard to say goodbye 



Yeah 
I don't mind spending everyday 
Out on your corner in the pouring rain 


Try so hard to say goodbye

  Permanecían abrazados en el medio del local y notaban las constantes miradas sobre ellos todo el tiempo. Pero que más daba. Los demás habían dejado de bailar. 
  Ella tenía los ojos cerrados y John le acariciaba el pelo totalmente quietos. 
  - ¿Con que no te gusta bailar, eh? -dijo en forma de murmuro en su oído. 
  Rachel se estremeció y sonrió.
  - Solo si es contigo. 
  
  

domingo, 23 de febrero de 2014

8.-

Salieron del trabajo a las nueve en punto y se abrazaron por el camino.
  A veces Rachel cerraba los ojos y sentía que volaba.
  Estar con John había sido mil veces diferentes a sus otras parejas. Descartando que él no era más que su jefe, sí era diferente. Le gustaba estar con él. Mucho. John también pensaba lo mismo de ella. 
  Cuando llegaron a la puerta de la casa de Rachel, el rubio la soltó y se miraron.
  - ¿A que hora paso a por ti? -quiso saber John.
  - Cuando tú quieras -le respondió ella- a las nueve y media tengo el vestido, así que me vestiré y prepararé. 
  El chico asintió y sonrió.
  - Perfecto, a las once vengo. 
  - Estupendo -contestó Rachel, con una sonrisa. 
  John se acercó a ella y depositó un beso en su mejilla. Rachel se sintió derretir cuando se lo devolvió.
  - A las once -le recordó.
  - A las once -repitió. 
  La morena entró a su casa y se apoyó en la parte trasera de la puerta. Suspiró. 

  A las nueve y media pasadas la pelirroja tocó el timbre con una bolsa en la mano libre. Rachel se levantó del sillón y fue a abrir.
  - Hola -la saludó, invitándola a pasar. 
  - ¿Qué tal? -preguntó Carrie yendo hasta el sillón y tomando asiento. 
  - Bien, ¿y tú? -cerró la puerta y fue tras ella, sentándose a su lado- ¿pudiste traer lo que te dije?
  - Claro -sacó dos vestidos negros de la bolsa y los apoyó en su regazo- El negro con tirantes es mío. 
  - ¿Tú también vas a salir o qué? -dijo la morena.
  - Un amigo me ha invitado a no se qué fiesta.. en la Red Moon o algo así -comentó. 
  Rachel se echó a reír.
  - Yo también voy a ir ahí, con John.
  - ¿En serio? A ver si os veo y me le presentas. ¿Cómo es?
  - Ya le verás -negó con la cabeza aún con esa risilla tonta que se le ponía cuando pensaba en él-, es genial. 
  - ¿Quién? ¿La fiesta o John? -rió Carrie. 
  - Humm.. las dos cosas -contestó Rachel. 

  Las dos amigas fueron a vestirse unos minutos antes de las diez en punto. Se peleaban en el baño entre risas por quien usaría el pintalabios rojo. Carrie acabó ganando. 
  "¡Pega con mi pelo!" había dicho la pelirroja.
  "¡Pero a mi me queda mejor!" insistió la morena. 
  Al final Rachel se había puesto un brillo de labios sabor fresa. 
  " Mmm.. para John" había dicho su amiga riendo, haciendo muecas con los labios fruncidos.
  "¡Calla!" se había reído sonrojada ella.
  Sabía que si lo era. 
  Luego se sacaron fotos juntas contra el espejo.
  " Por los viejos tiempos" dijo la pelirroja.
  "Que hablas" y había quedado un recuerdo de las dos riendo. 
  
  A las once en punto tocaron la puerta y Rachel se ponía los tacones de camino a la salida. Carrie reía. 
  - ¡Silencio! -dijo antes de abrir la puerta, arreglándose el vestido.
  - ¡Perdón, perdón! 
  Abrió y se quedó sorprendida al ver a un John bien vestido. O sea, él siempre iba bien vestido. Pero ahora estaba guapísimo. Siempre lo estaba en realidad. 
  - Hola -lo saludó.
  - Buenas noches -dijo educadamente y la observó. 
  Al rubio le encantó como su secretaria iba vestida. Estaba preciosa. 
  - Ahora mismo salgo -habló ella sacándolo de sus pensamientos y caminó de nuevo hasta su habitación. 
  Mientras, Carrie permanecía sentada en el sillón. John la miró. 
  - Hola -le dijo.
  - ¿Tú eres John? -le sonrió la pelirroja.
  El chico asintió y sonrió ampliamente. Rachel le había hablado de él. De todas maneras lo sabía, había estado ahí todo el tiempo. 
  La morena salió de la habitación con una chaqueta y su bolso y miró a su amiga.
  - ¿A que hora viene 'tu amigo'? -dijo haciendo énfasis en las dos últimas palabras.
  - A las once y media, yo ya me voy para mi casa -sonrió la otra y se levantó-, nos vemos allí -y les esquivó saliendo. 

  Bajaron los escalones y caminaron hasta el coche de John. Este le abrió la puerta. 
  - Estás preciosa -le dijo antes de cerrarla.
  Rachel no pudo evitar sonrojarse. 
  

7.-

John solo había dado cinco mordiscos a su bocadillo. Rachel lo sabía. Lo había estado mirando.
  Él no la prestaba atención. Estaba con el móvil. Menos mal que no la había mirado. Rachel hubiera querido hundirse en la silla, pero le parecía un acto demasiado infantil. Ella ya había terminado, desde hace rato. Y daba sorbos a su refresco, evitando mirarle. Sentía que se perdía cuando lo hacia.
  John levantó la cabeza por primera vez en la media hora y la miró con una sonrisa en los labios.
Resiste Rachel, se dijo la morena.
  - Esta noche -comenzó John- hay una fiesta de inauguración -dijo mostrándole el móvil a su acompañante.
  Consistía en un comentario de la red social Facebook, en la que ponía algo así como: "LA DISCOTECA RED MOON ABRE SUS PUERTAS EL DÍA 15" "FIESTA DE INAUGURACIÓN" "ENTRADA LIBRE" en mayúsculas. Rachel sintió ganas de vomitar.
  - No me gustan las fiestas -mintió- mucho menos bailar.
  - Oh vamos, será divertido -comentó el chico entusiasmado.
  - ¿Quién ha dicho que vaya a ir contigo? -le preguntó Rachel, levantando una de sus cejas.
  - Mi instinto de hombre -dijo agachando la mirada y volviendo a levantarla. Rachel rió-. Si no te gusta nos vamos, lo prometo -insistió.
  La chica suspiró y asintió no muy convencida. John sonrió y dio otro mordisco a su bocadillo.
  - Gracias -dijo cuando hubo tragado.
  - No se dan -contestó ella.

  Pasaron un rato en silencio. Él pidió otra Coca-Cola y se pasó la mano por el pelo. Ella no veía la hora de volver al trabajo (para que llegara rápido esta noche).
  Cuando pidieron la cuenta, John pagó antes que ella y Rachel no pudo evitar sonrojarse. Se levantaron y salieron juntos de la cafetería. La morena lo miró.
  - ¿Es muy importante esa fiesta? -preguntó.
  El chico asintió y esbozó una sonrisa.
  - Llevo meses esperando a que la discoteca abriera.
  Rachel sonrió de medio lado y siguieron caminando hasta llegar de nuevo a la abogacía. John se fue al fondo del pasillo y ella se metió en su habitación. Dejó las cosas sobre la mesa y se acordó de que no tenía nada que hacer.
  Se acomodó en la silla y sacó su móvil.
Pues nada, pensó. A buscar vestido.

"¿Carrie?"

  No tuvo que esperar mucho. Su mejor amiga estaba en línea. 

"¡Raccheel!"

"Necesito un vestido para esta noche,
¿podrías llevármelo a mi casa sobre las
nueve y media?"

"¿Y eso? ¿Una cita? Uhh.."

"Más o menos, pero ¿podrías?"

"Claro mujer, ¿algo en especial?"

"Humm.. algo negro, no escote"

"¿Por qué escote no? Eso le gusta a
los chicos.."

"Pero es que él es mi jefe"

"¿Vas a ir a cenar con Adam?"

"No es una cena y tampoco es con
Adam, es una fiesta y es John"

"¿John? ¿Jefe? ¿Nada que contarme?"

"Jajaja, puede.. es una historia larga"

"Pobre Adam.. me le has dejado solito"

"Que le den" 

"¡Rachel!"

"Qué"

"Nada hija, nada ¿te llevo el vestido
entonces?"

"Sí por favor, gracias"

"Para eso estamos"

  Rachel sonrió satisfecha y se sentó bien en la silla quejándose. 
  ¿Tenía una cita?